Pablo Curatella Manes

1920-1924 Simplificación de las formas

Por el año 1920, Curatella Manes terminaba de gozar de los beneficios de una beca concedida por el Gobierno Argentino. Era la tercera vez que viajaba a Europa, radicándose en París, donde encontró el apoyo y la amistad de su conspicuo maestro Bourdelle. Entre sus amigos se encuentran entre otros, Juan Gris, Fernand Léger, André Lhote, Laurence, Pierre Reverdy, Constantin Brancusi y Le Corbusier.

El contacto con Juan Gris fue decisivo para Curatella Manes. Las figurillas de cartón, plegadas y articuladas, que Juan Gris hacía como proyectos para los ballets rusos de Sergio Diaghilew, impulsan a Curatella Manes a dar libre curso a su visión escultórica. Nace así El Guitarrista, primera obra que anuncia la fecundidad de este período. Se aleja del cubismo, de lo que éste encierra de barroco, pues su interés, por sobre todo, es la simplificación de las formas, apoyándose en una intención geometrizante.

Con una nueva compresión de los planos y de la luz compone, con la misma elegancia de El Guitarrista, El Acordeonista, El Hombre del Contrabajo y algunos desnudos femeninos como Mulata y Ninfa Acostada. Poco después, Los Acróbatas, inspirada por un espectáculo de circo, le abre nuevos horizontes sobre la posibilidad de aligerar la materia, airear los volúmenes y conservar sólo los contornos insinuando el movimiento.

1925-1926 La dinámica y la conquista del espacio

"Mis anhelos fueron los de dar a la escultura una sensación de vida, de movimiento, de fuerza, de espacio. En el arte en general y en la escultura en particular, no me seduce el esmero ridículo. Yo quiero ver planos, redondeces…, huecos.

El tema plástico debe sobreponerse al motivo anecdótico, pero con esto no quiero decir que el arte deba reducirse a meros problemas de geometría. Por sobre todo, siempre existe la maravilla de la luz."

Estas son las afirmaciones de Curatella Manes que reflejan la búsqueda en la que se embarca por ese entonces. Su modelado independiza los planos de los volúmenes, las figuras se tornan descarnadas y fortalecen el triunfo de la luz. Realiza una serie de esculturas abiertas, estructuras de gruesos filamentos entrelazados, formas aéreas, pese al material recio utilizado, en las que halla el equilibrio de las masas, la correspondencia de volúmenes, los grandes ritmos y la distribución de luces para alcanzar su ideal. Pertenecen a esa época Caída de Icaró, Rugby, Danza y La Santa.

1931-1940 El retorno

En agosto de 1926 comienza a trabajar para la Embajada Argentina en París donde se desempeña en el cargo de canciller. El primer período de adaptación es bastante duro y durante más de dos años no concurre a su taller. Cuando reanuda sus tareas de escultor realiza Las Tres Gracias. Esta obra fue una especie de test después de tanto tiempo sin trabajar. Las Tres Gracias. Es una obra que no tiene nexo con las anteriores. Retorna al volumen pesado desdibujando las formas y sugiriendo apenas un movimiento. Sus figuras adquieren posturas relajadas y a pesar de la ausencia de rostros, sus formas proyectan una sensación de candidez.

Aunque dispone de poco tiempo para modelar, este período es prolífero. Realiza; Idilio Criollo, Maternidad, El Gaucho y su Caballo, Cabeza del Profeta, Dan, Los Amantes y la serie de Los Torsos. La expresividad alcanzada en esta época se perfecciona en dos grandes relieves que le encargan para la Exposición de París en 1937: Los Dos Hemisferios y Tierra Argentina.

1940-1945 La Estructura Madre

Durante la segunda guerra, padeciendo las estrecheces de esos tiempos, sin taller, sin elementos de trabajo, se dedicó al dibujo, a maquetas de plastilina, metal y cartón. Este manejo sustancial y precario de las formas, lo lleva a dar con lo que llamará Estructura Madre. De inmediato le otorga una gran importancia, considerándola el resumen de todos los imperativos que se exigen a una escultura. Se convierte en un arquetipo en base al cual realiza siete esculturas. Utiliza para cada una el material adecuado de acuerdo a lo que desea expresar.

Pájaro con los planos llenos, es fundido en bronce. Con Falena resalta las transparencias de los planos utilizando acrílico. En Tango los dos planos de la estructura se superponen uno sobre otro. Proyección 7 resalta el contorno de la estructura fusionando los dos planos y el bronce dorado da vida al conjunto. Proyección 8 es también la expresión del contorno pero con volumen sobre los planos. En Construcción Espacial la chapa de metal permite el desarrollo de movimientos muy acentuados sobre las formas de la estructura. Dos Formas en Una nos da una interpretación más libre, los dos planos se fusionan y se enganchan por medio de una chapa de metal.